Consejos para jugar al pádel con lluvia

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Ya estamos en marzo, a un paso de la primavera, y aunque nunca se sabe qué tiempo tendremos, lo normal es que nos toque alguna rachita de las clásicas lluvias de esta época. Y para que no nos pille desprevenidos, vamos a contaros unas cuantas cosas sobre jugar al pádel con lluvia disfrutando al máximo como siempre.

Porque a nosotros nos da igual que truene o que caigan chuzos de punta, ni cuatro gotas ni un diluvio nos van a quitar las ganas de jugar al pádel. Pero tenemos que estar preparados y tener en cuenta una serie de cosas a la hora de jugar un partido lloviendo.

Lo primero es cómo influye la lluvia en la pista de pádel y en el material:

– El suelo de la pista cuando ha llovido o está lloviendo mucho, lógicamente resbala más y hay que tener cuidado con los resbalones y las lesiones que nos puede producir una caída, por ejemplo. Además, el juego se vuelve más rápido y “loco”. Por otro lado, si solo han caído unas gotillas, lejos de resbalar suele ocurrir lo contrario, que no sea sencillo deslizarse y corramos el riesgo de “clavar” los pies y hacer sufrir a las rodillas.

– La pelota se hincha de agua y por lo tanto pesa mucho más, bota menos y el bote es más rápido, va a mayor velocidad.

– Las paredes si son de pistas de cristal, ojo, porque es muy complicado jugar al pádel con lluvia en ellas, la pelota resbala al golpear y sale disparada donde menos lo esperamos. En paredes de muro el golpe será más regular, pero diferente debido a la humedad de la bola como comentábamos antes.

– Las palas mojadas pierden adherencia lo que dificulta bastante realizar golpes con efecto.

[Tweet “Que la lluvia no te frene a echar un partidito de #pádel”]

Una vez que sabemos esto, veamos punto por punto qué debemos tener en cuenta para jugar al pádel con lluvia:

– La fase de calentamiento previa al partido tiene que ser más intensa de lo habitual porque el trabajo físico, especialmente de piernas, va a ser mayor al tener que flexionarnos más para devolver las bolas que botarán más bajo. Por supuesto, que en ese calentamiento no falte una buena tanda de estiramientos para poner nuestros músculos a tono.

– Es más recomendable que en situaciones normales aprovechar el peloteo para hacer una buena toma de contacto entre pelota-pala-paredes. Ver cómo responden los distintos elementos para empezar a jugar y no llevarnos sorpresas a los cinco minutos.

– Hay que corregir nuestra posición dentro de la pista, tendremos que estar mucho más agachados y con las piernas más flexionadas que de costumbre porque el juego será más bajo.

– Agarrar bien la pala puede parecer un consejo chorra, pero es fundamental. Lloviendo es posible se nos resbale con más facilidad, con todo lo que eso implica, que no es solo no llegar a alguna bola si no hacernos daño en las muñecas o brazos.

– Mucho ojo también a las zapatillas que utilizamos cuando vamos a jugar al pádel con lluvia. Tienen que tener un buen agarre para evitar piscinazos.

– Los golpes contrapared tienen que ser más suaves y controlados.

– Los globos van a convertirse en nuestros mejores amigos al jugar al pádel con lluvia porque nos ayudarán a ganar la red si jugamos en pistas con paredes de cristal y va a obligar a desplazarse a los rivales dejando huecos para meter la bola, si jugamos en pistas con paredes de muro.

Realízalos con más fuerza de lo habitual, flexionando bien las piernas y con un buen impulso hacia arriba.

– Jugando al pádel con lluvia lo mejor es pasar de los golpes preciosistas con efectos y de los remates. Dejemos las florituras para otro momento porque las posibilidades de que nos salgan bien son muy pocas.

Y a vosotros ¿se os da bien jugar al pádel con lluvia? ¿qué otros trucos tenéis?

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