Cómo evitar la fatiga en el pádel

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La aparición de la fatiga conlleva que no podamos mantener el nivel de rendimiento o entrenamiento habitual y que nos hemos establecido. Una de las definiciones más comunes de la fatiga es la sensación de cansancio o agotamiento que se nota después de realizar ejercicio físico. Plantarle cara a la fatiga en pádel se puede conseguir teniendo en cuenta por qué se produce e introduciendo una serie de hábitos en nuestra rutina.

En ocasiones llegar a un determinado punto de fatiga en la práctica deportiva es necesario, porque nos ayudará a conseguir niveles mayores de rendimiento y evolución, pero hay que encontrar el equilibrio para que no se produzca un sobreentrenamiento y la fatiga se pueda llegar a convertir incluso en una patología.

Realmente se trata de un sistema defensivo del organismo para evitar las malas consecuencias que puede producir una práctica desmesurada de actividad física.

Conocer los mecanismos de la fatiga, cuándo aparece, por qué, en qué momento tengo que bajar la intensidad porque noto síntomas de agotamiento y estoy rozando los límites, es importantísimo para saber planificar las mejor sesiones de entrenamiento y partidos y conservar la salud nuestro estado físico y mental.

Tipos de fatiga

Según el tiempo de aparición podemos distinguir 3 tipos de fatiga principalmente:

– Fatiga aguda: aparece después de realizar una actividad física intensa como jugar un partido de pádel o terminar un entrenamiento que sobrepasa el nivel de tolerancia al esfuerzo de los músculos.

– Fatiga subaguda o de sobrecarga: se produce después de uno o varios microciclos de carga, cuando el esfuerzo realizado se ha llevado a cabo con mayor intensidad de lo normal o a lo que estamos acostumbrados. Cuando subimos el nivel en nuestros entrenamientos o partidos de pádel.

– Fatiga crónica: tiene lugar como consecuencia de un periodo extenso e intenso de entrenamiento a un nivel elevado y genera un sobreentrenamiento. La principal diferencia con la fatiga subaguda es la duración y gravedad de los síntomas y el tiempo de recuperación que en el caso de la fatiga crónica también es mayor.

Según el lugar de aparición encontramos 2 tipos de fatiga:

– Fatiga central: fallo en la activación central cuando el motivo de deterioro de la contracción muscular está por encima de la placa motora y afecta a una o varias de las estructuras que intervienen en la producción, mantenimiento o control de la contracción muscular.

– Fatiga periférica: en este caso los mecanismos que dañan la contracción muscular afectan a estructuras contráctiles que están debajo de la placa motora.

Causas y síntomas de la fatiga

Las principales causas por las que aparece la fatiga son:

– No recuperarse bien y del todo tras haber realizado una actividad física intensa y prolongada.
– No reponer las sales minerales que se pierden al hacer ejercicio.
– Alimentación escasa en hidratos de carbono o proteínas.
– Realizar esfuerzos en altitud cuando no tenemos nuestro organismo adaptado a ello.
– Descenso del nivel de oxígeno celular y muscular.
– Bajo nivel de glucosa en sangre (hipoglucemia).
– Tener algún trastorno en el sistema endocrino o nervioso.
– No descansar adecuadamente.

Algunos de los síntomas más comunes cuando aparece la fatiga son:

– Cansancio generalizado y sensación de pesadez muscular.
– Sensación de vagancia, pereza.
– Pérdida de sueño, cuadros de insomnio.
– Dolores de cabeza.
– Disminución de las defensas y como consecuencia estados febriles, constipados constantes..
– Dolores musculares y de tendones.
– Agujetas, calambres, rigidez muscular y de las articulaciones.
– Disminución de apetito y peso.
– Molestias gastrointestinales.
– Disminución de la atención, concentración, coordinación y aumento de errores técnicos.

Superar la fatiga

Para combatir la fatiga, conseguir superarla e intentar que no nos vuelva a visitar muy a menudo (cuanto menos mejor) hay que tener claro que tenemos que adoptar una serie de hábitos tanto después de hacer ejercicio como en nuestra rutina diaria.

Ante todo tenemos que planificar bien nuestras sesiones de entrenamiento en función de nuestras características físicas y del momento en el que nos encontremos. Puede que tengamos un parón por cualquier causa ajena, no podemos volver a la carga manteniendo el nivel de exigencia en el entrenamiento que teníamos antes del parón.

Siempre hay que adecuar los ritmos a nuestro estado. Recordar también que al terminar nuestros entrenamientos y partidos de pádel tenemos que estirar bien los músculos para que se recuperen del esfuerzo. Un buen baño o ducha siempre viene muy bien y tonifica el sistema cardiovascular. Si hemos llegado a la fatiga crónica o al sobreentrenamiento tendremos que dejar un tiempo la práctica deportiva, hasta nos recuperemos física y mentalmente.

En los torneos, rankings u otras competiciones de pádel a las que nos apuntemos, tenemos que tratar de descansar una hora entre partido y partido y en ese tiempo hidratarnos y reponer las sales minerales perdidas.

Por último, tres básicos: llevar una dieta sana y equilibrada, hidratarnos bien y descansar. Intentar dormir las 8 horas diarias que recomiendan los especialistas en salud para la total recuperación de las funciones corporales de nuestro organismo.

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